El Avión (trece)

Comí en el bar -como llevaba haciendo los últimos días- y después de dos chupitos y un café ya me encontaba a tono para subir a casa y completar los preparativos del viaje. Le acababa de dar mi carnet a Suso con las consiguientes indicaciones para buscar el asiento en el campo y el hombre estaba más que contento. Yo también lo estaba, la verdad. Jamás le hubiese pedido a nadie que me acompañase en un viaje como el que iba a iniciar pero que Juan lo hiciese me llenaba de alegría.

Mientras, ya en casa, me peleaba con la maleta, no dejaba de leer una y otra vez la postal que Marta me había enviado. No dejaba de leer la postal y de analizar, una y otra vez, como habían transcurrido los acontecomientos desde la dsaparición de Marta: la nota,Victor, la policía, el banco, la postal,...Era bueno que le diese vueltas. Además estaba guardando en un sobre todo el "material" que tenía sobre "el caso" para que Juan también pudiese darle vueltas al tema durante el viaje.

La grabación de cds no iba mal y ya tenía todo mi equipaje listo. Maleta, bosa de mano y cartera de documentación -con carnet, pasaporte y una buena cantidad de pasta en metálico-. Someone told me long ago there's a calm before the storm,i know; it's been comin' for some time.when it's over, so they say, it'll rain a sunny day,i know; shinin' down like water. i want to know, have you ever seen the rain? i want to know, have you ever seen the rain?. La Creedence siempre me había ayudado a pensar desde mis tiempos de estudiante y quizás esperaba que la voz de John me permitiese darme cuenta de algo en lo que hasta ahora no hubiese caido...

Eran poco más de las nueve y ya no tenía nada que hacer en casa así que, antes de bajar a tomar unas cañitas, sólo me quedaba una tarea pendiente: llamar a casa y decirle a mi madre que me iba a tomar unos días. Marqué el número de teléfono y, tras tres tonos, escuché la voz de mi madre al otro lado del auricular:

"Hola, soy tu primogénito, mamá" dije tras el pertinente "siiii" de mi madre.

"Aunque no lo creas", dijo mi madre, "mientras me acercaba al teléfono ya sabía que eras tú, no sé, lo presentía"."¿Pasa algo?, ¿Sabemos algo nuevo de Marta?"

"No, mamá, desde el martes que hablé contigo ninguna novedad. Te llamo porque he decidido salir de viaje con Juan unos días para aclararme un poco las ideas..."

"¿Pero como vas a salir de viaje, Miguel?" me espetó mi madre en su tono de "poco reproche pero reproche"..."Y si hay alguna novedad, qué?"

"Mamá, llevo el móvil y además ya he dejado a alguien encargado para que pase todos los días por casa para mirar el correo y esas cosas...", le dije intentando tranquilizarla.

"No sé yo....¿Cuanto tiempo te vas?, me interrogó.

"Un par de semanas", le mentí.

"¿Un par de semanas?, bueno, entonces, si te parece bien me paso un par de veces a la semana por tu casa y compruebo que todo está bien. ¿No te parece bien?".

"Por supuesto mamá, me parece perfecto", le dije.

"¿Y cuando sales? ¿Tienes todo preparado?¿Vas en avión?" inquirió.

"Salgo mañana, voy en coche y sí, tengo todo listo" repliqué.

"Eso no te lo crees ni tu pero tendré que creerte. Mejor sería que fueras en avión que de ese coche tuyo ya sabes que no me fío mucho. ¿Cómo están las ruedas?"

"Bien mamá, todo bien. Lo llevé al taller y me lo han dejado como nuevo."

"Tú no te fíes de los talleres...." insistió.

"Bueno mamá, pues eso, tu pasate por casa cuando quieras y comprueba que todo está bien y llámame cuando quieras" le dije.

"Y ya de paso te recojo un poco que seguro que está todo hecho un desastre y, ya puestos miro lo de pintar el salón, que la última vez que estuve estaba muy desconchada la pintura".

"Mamá, haz lo que quieras, ya sabes que no voy a luchar contigo que nunca gano. Un beso. Te quiero".

"Más te vale no luchar", me contestó. "Por cierto, a dónde vas?" me preguntó.

"Marcho a Francia", le mentí. "Vamos a ver a un amigo". "un beso".

Tras colgar el teléfono cogí la chupa y salí de casa dispuesto a tomar unas cañas. Mientras bajaba las escaleras mi cabeza, que estaba en modo autónomo, pensaba sóla. Desde luego, mi madre seguro que es Dios. Los médicos se equivocan, los mecánicos se equivocan, ....todos se equivocan pero mi madre nunca. Seguro que es Dios.

Los Relatos de Perseo

Perseo es un ser que no siente demasiado. Un hombre perdido en un mar de contradicciones, lleno de defectos y vicios y con apenas virtudes. Un día descubrió que lo que realmente quería era escribir e inició este blog para poder comprobar que, sino hiciese públicos sus relatos, dormiría mucho más tranquilo por las noches.